Llevo regentando mi negocio desde hace más de diez años. Nos dedicamos en resumidas cuentas a vender oro y tasarlo. Es un buen negocio, que siempre nos ha proporcionado buenos beneficios.
Pero el
vender oro nos está dando, si cabe, mejores beneficios ahora que nos encontramos en tiempos de crisis. Por eso mucha gente se ha sumado al carro de este negocio, sin respetar a los comerciantes honrados, que llevamos ya muchos años en la profesión de la
compraventa oro.
Esta gente (mucha de ella, sin generalizar) se dedica a vender caro lo que compran barato. Pero ni compran buena calidad, ni evidentemente, luego la venden. Pero en estos momentos en que la economía está tan sumamente debilitada, esta clase de negocios de vender oro Barcelona, son los que no quiebran. Y los más avispados ya se han dado cuenta.
A mi negocio por ejemplo acude gente de todo tipo. Muy variopinta. Es normal, porque cuando la gente necesita dinero, a donde primero acude es a los establecimientos como el mío, que se dedican a la compraventa oro. Ya ni se toman la molestia de ir a un banco a pedir un crédito para tener dinero, vienen directamente aquí, que saben que el dinero que se entrega es fácil e inmediato.
Entre las cosas que se venden hay variedad: desde objetos pasados de moda, hasta joyas que traen malos recuerdos como alianzas de ex parejas, hasta por ejemplo joyas que ya no les gustan.
Es muy importante comprobar dentro de nuestro trabajo, que ninguna de las piezas ha sido robada. A los amigos de lo ajeno siempre hay que rechazarlos, pues se benefician de las personas sin ningún tipo de moral o remordimiento de conciencia.
Vender oro es importante, pero no a cualquier precio. Ahí es donde los profesionales deben tener su labor moral y no caer en ningún tipo de tentativas. Recuerdo una vez que vinieron dos adolescentes a
vender oro Barcelona, y no traían ni identificación. Ante este tipo de situaciones, una persona honrada no puede aceptar al cliente que viene a vender. No tenemos por consiguiente ninguna certeza de que el oro sea realmente suyo.
Desde aquí incito a todas las personas que compran o vendan oro, a que lo hagan de una manera responsable y limpia. La honradez está por encima de todo. Y hay que llevarla a cabo como si del componente más importante de nuestro trabajo se tratase.
